martes, 22 de octubre de 2013

Erradicar la pobreza

Foto: ONU
Foto: ONU
En 1992, la Asamblea General de la ONU declaró el 17 de octubre Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. La elección de la fecha respondió a lo ocurrido en París el 17 de octubre de 1987. Aquel día, en el lugar donde en 1948 se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos, más de cien mil personas se congregaron para proclamar que la pobreza es una violación de los derechos humanos y afirmar la obligación mundial de erradicarla.
Hoy resulta incuestionable que la lucha por la erradicación de la pobreza es un empeño por asegurar los derechos fundamentales. Las personas que viven en situación de pobreza, y en particular en pobreza extrema, padecen numerosas privaciones que les impiden ejercer derechos tan trascendentales como residir en una vivienda y en un entorno saludables, disfrutar de alimentos suficientes y nutritivos, recibir una adecuada atención de salud, realizar un trabajo en condiciones de dignidad y seguridad, participar en la vida política o disfrutar de tiempo libre. A esta imposibilidad de ejercer derechos fundamentales se suman la discriminación, la estigmatización y la exclusión que enfrentan cotidianamente las personas que viven en la pobreza, barreras que a su vez inciden en la persistencia de su deshumanizante condición.
Esta situación es inaceptable, máxime cuando la perpetuación de las condiciones de pobreza en el mundo no se debe a la escasez de recursos sino a su inadecuada distribución.
La combinación de crecimiento económico y políticas sociales y redistributivas aplicadas con éxito en muchos de los países más poblados, ha logrado sacar de la pobreza a cientos de millones de personas. Esto ha permitido que la meta establecida en la Cumbre del Milenio: reducir a la mitad el número de personas en pobreza extrema hasta 2015 se haya cumplido antes del plazo. Aun así, el número de personas que viven en la extrema pobreza a escala global supera los 1200 millones. Son vidas humanas cuyos derechos se verán truncados, cuyas esperanzas y opciones nacerán limitadas.
Esto sustenta la decisión tomada por los Estados el pasado 25 de septiembre de redoblar los esfuerzos de la comunidad internacional para erradicar la pobreza extrema, prioridad que figurará en la cúspide de la nueva agenda de desarrollo global que está en negociación.
El 17 de octubre pasado fue una ocasión para abogar por el cumplimiento de dicho compromiso global. Es también una oportunidad para saludar la decisión del Gobierno del Ecuador de establecer una Estrategia Nacional para la Erradicación de la Pobreza, que propone eliminar la pobreza extrema hasta el año 2017. Reiteramos la disposición de la ONU para apoyar esta iniciativa nacional que recoge y refuerza el compromiso mundial.

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